
El teatro es un buen lugar para olvidarse de todos los trucos aprendidos porque al teatro no va nadie, no le interesa a nadie, es una actividad que no corresponde a este siglo y si uno se empeña en lo contrario suele tener dos caminos para elegir, creo: tratar de meterse en la rueda de los que consiguen vivir estupendamente del teatro repitiendo el repertorio o pecar de romántico al extremo de creer que merece la pena buscar, dentro de uno mismo, nuevas formas de comunicación con el público, lenguajes escénicos distintivos y personales y limitados para poder vivir estupendamente del teatro en caso de interesarle a alguien, claro.
Rodrigo García.
No hay comentarios:
Publicar un comentario